Un testigo del tiempo
Quizá has pasado frente a su imponente fachada, pero desconoces algunos de sus puntos más importantes, relacionados con la historia de nuestra ciudad y del país. Nos referimos nada más y nada menos que al Edificio de la Aduana Vieja, ubicado en pleno corazón de Ciudad Juárez, en la intersección de 16 y Juárez.
Originalmente construido entre 1885 y 1888 por el ingeniero Manuel Garfias, este imponente inmueble sirvió durante décadas como aduana fronteriza hasta 1965. Sin embargo, su relevancia trasciende la función administrativa: fue escenario de momentos históricos clave, como la reunión en 1909 entre los presidentes Porfirio Díaz y William Taft, y en 1911, la firma de los Tratados de Paz de Ciudad Juárez, liderada por Francisco I. Madero.
De abandono a inspiración cultural
Tras casi 20 años de abandono, el edificio fue rescatado en 1985 y transformado en el Museo de la Revolución en la Frontera, inaugurado en noviembre de 2010. Hoy, es uno de los recintos culturales más importantes del norte del país, ofreciendo exhibiciones que conectan a locales y visitantes con la historia y el arte de la región.
Renovación y cultura
Además de su valor histórico, la Aduana Vieja se ha convertido en un espacio cultural donde se realizan eventos artísticos, exposiciones y actividades educativas que inspiran a jóvenes y adultos a reconectar con la historia de Ciudad Juárez y la identidad fronteriza.
Un legado que inspira
Cada rincón de la Aduana Vieja refleja la resiliencia de Ciudad Juárez y de su gente. Visitar este icónico edificio no solo es admirar su arquitectura, sino también ser parte de la historia viva de la ciudad, recordándonos que valorar nuestro patrimonio cultural es también sembrar esperanza e inspiración para futuras generaciones.