Las autoridades taiwanesas no habían abordado tan claramente la hipótesis de una invasión en los últimos años, pero el ministro de Defensa, Wellington Koo, intentó restar importancia a esta posibilidad el miércoles, al señalar que este tipo de ejercicios “siempre establecen un calendario a uno o dos años vista”.
El temor a un posible ataque chino sobre Taiwán, una isla que Pekín considera parte de su territorio, persiste tanto en la región como a nivel internacional. Esto se debe a que el gobierno chino mantiene su discurso soberanista, mientras continúan los movimientos de buques y aviones militares en el estrecho de Taiwán.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ha instado a las autoridades taiwanesas a aumentar su inversión en defensa, aunque no aclaró si estaría dispuesto a intervenir en caso de una invasión, lo que refleja un regreso a la ambigüedad de la política de “una sola China” promovida por Pekín.