Las estadísticas de este año revelan una alarmante situación respecto a las muertes por rickettsia, con trece decesos hasta el momento. De las víctimas, ocho eran mayores de 25 años y ocho eran mujeres, lo que sugiere que la falta de atención médica oportuna podría ser un factor determinante. Esta no se debe necesariamente a negligencia por parte de los pacientes, sino a la falta de tiempo o a la priorización de otras actividades sobre la salud. En la mayoría de los casos, el diagnóstico llegó tarde, cuando la bacteria ya había causado daños significativos en el cuerpo.
“Uno de los problemas que enfrentamos es que los adultos, y especialmente los hombres, suelen ser más reacios a acudir a una unidad de salud,” señaló Verónica Carrión Falcón, titular del área de Epidemiología de la Jurisdicción Sanitaria II.
Hasta la semana 33, las autoridades sanitarias habían confirmado 26 casos de mordeduras de garrapatas infectadas con la bacteria rickettsia. Además, se habían reportado 117 casos probables y 13 decesos.
“El problema es que, si consideramos que de 26 casos confirmados, 13 resultaron en defunciones, estamos hablando de una tasa de letalidad del 50 por ciento,” advirtió la epidemióloga.
Esta situación es alarmante, dado que la rickettsiosis es una enfermedad que tiene tratamiento y, si se detecta a tiempo, no debería ser mortal, agregó.
“Desafortunadamente, seguimos registrando muertes, y reiteramos que mucho tiene que ver con la falta de atención médica oportuna y la detección tardía,” subrayó.
Es crucial recordar que la mordedura de una garrapata solo es peligrosa si el insecto está infectado. Los primeros síntomas suelen manifestarse en los primeros 15 días, y es en este periodo cuando la intervención médica puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.