Patrick Crusius, responsable del devastador ataque en un Walmart de El Paso, Texas, en 2019, fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, tras declararse culpable de todos los cargos en su contra. La sentencia llega casi cuatro años después de uno de los tiroteos masivos más letales en la historia reciente de Estados Unidos.
El 3 de agosto de 2019, Crusius viajó más de 1,000 kilómetros desde Allen, Texas, con el objetivo deliberado de atacar a la comunidad latina. Al llegar al establecimiento comercial, abrió fuego indiscriminadamente, asesinando a 23 personas e hiriendo a más de 20. Las autoridades clasificaron el acto como un crimen de odio, motivado por ideologías supremacistas blancas y xenofobia.
Durante las investigaciones, se descubrió un manifiesto publicado por el atacante en línea poco antes del tiroteo, en el que expresaba abiertamente su odio hacia los latinos y sus intenciones de detener lo que él denominó una “invasión hispana” en el país. Este documento fue clave para comprender el trasfondo ideológico del crimen y fue utilizado como evidencia en su contra.
Aunque Crusius enfrentaba la posibilidad de la pena de muerte, esta fue descartada luego de alcanzar un acuerdo con la fiscalía. A cambio de su confesión y la renuncia a apelar, fue sentenciado a cadena perpetua múltiple, lo que garantiza que pasará el resto de sus días en prisión federal.
La decisión de evitar la pena capital fue apoyada por varias de las familias afectadas, quienes optaron por cerrar este doloroso capítulo sin prolongar el juicio. Durante las audiencias, muchas de ellas expresaron su profundo sufrimiento, pero también manifestaron su deseo de justicia sin más violencia ni exposición mediática.
El ataque en El Paso no solo marcó a una ciudad, sino que también generó un debate nacional sobre la violencia armada, el discurso de odio y la necesidad urgente de reformas en materia de seguridad y prevención del extremismo.
Crusius, hoy con 25 años, enfrentará también cargos estatales en Texas, donde las autoridades aún podrían buscar la pena de muerte en un proceso independiente.