Un estudio reciente reveló una estadística que, lejos de alarmar, podría darnos esperanza: alrededor del 40% de los casos de cáncer en adultos mayores de 30 años en Estados Unidos en 2019 fueron causados por factores de estilo de vida modificables. Esto significa que muchas de las decisiones que tomamos a diario —desde lo que comemos hasta cuánto nos movemos— pueden influir directamente en nuestro riesgo de desarrollar la enfermedad.
Buenas noticias disfrazadas de advertencia
“De hecho, son buenas noticias”, señaló el Dr. Farhad Islami, autor principal del estudio y director científico sénior de investigación sobre disparidades en el cáncer de la Sociedad Americana del Cáncer. La razón es simple: si el estilo de vida influye tanto en el riesgo de cáncer, entonces hacer cambios puede marcar una diferencia real. “Puedes reducir tu riesgo tomando mejores decisiones para tu salud”, agregó Islami.
¿Qué puedes hacer desde hoy?
Los expertos recomiendan varios pasos prácticos para reducir el riesgo de cáncer. Uno de los más importantes es conocer tu historia familiar.
Tu historial familiar también importa
Aunque muchas causas de cáncer están relacionadas con el estilo de vida, la genética también juega un papel importante. Las personas con antecedentes familiares tienen más probabilidades de heredar cambios genéticos que incrementan el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
La Dra. Amy Comander, directora médica del Mass General Cancer Center en Waltham, Massachusetts, explica que este riesgo es mayor si un familiar cercano —como padres, hermanos o hijos— ha tenido la enfermedad. Por eso, es clave recopilar información no sólo de la familia inmediata, sino también de abuelos, tíos, sobrinas y medios hermanos.
El primer paso es informarte
Saber si alguien en tu familia ha tenido cáncer, a qué edad fue diagnosticado y qué tipo de cáncer desarrolló puede ayudarte a tomar decisiones informadas sobre exámenes médicos, cambios de estilo de vida y otras medidas preventivas.
Conclusión: cambiar lo que sí está en tus manos
Aunque no podemos controlar nuestros genes, sí podemos elegir hábitos más saludables: dejar de fumar, mantener un peso saludable, hacer ejercicio, limitar el consumo de alcohol y llevar una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales. Cada pequeña decisión suma cuando se trata de cuidar tu salud.
Así que la próxima vez que pienses en hacer un cambio, recuerda que prevenir el cáncer puede empezar con una sola acción consciente.