Hace algunos años, las oficinas contaban con cuartos dedicados exclusivamente a grandes impresoras, esenciales para el flujo diario de documentos. Hoy, la mayoría de los espacios se enfocan en reuniones e interacción, y el uso de estas herramientas ha disminuido drásticamente, un cambio que podría haber afectado a empresas como Epson.
Sin embargo, para la compañía japonesa, esta disminución representó una oportunidad para anticipar las necesidades del mercado. “El impacto para nosotros fue positivo. En los últimos años hemos crecido a triple dígito, gracias a una estrategia que anticipó estos cambios desde 2016”, explica Fabio Neves, vicepresidente de Marketing y Ventas de Epson para América Latina.
Su estrategia se centró en desarrollar impresoras más compactas, eficientes y sostenibles, adaptadas tanto a oficinas abiertas como a hogares. Esto les permitió posicionarse estratégicamente durante la pandemia, cuando el trabajo a distancia disparó la demanda de equipos domésticos para estudiantes y profesionales.
Además, Epson diversificó su oferta hacia la impresión de textiles, etiquetas y gráficos de alta precisión, expandiéndose en sectores industriales. “No buscamos solo imprimir documentos, sino aportar soluciones innovadoras a múltiples industrias”, señala Neves.
Actualmente, el 30% de sus ventas proviene de soluciones para consumidores en casa, mientras que el 70% restante se distribuye entre los sectores industrial y corporativo. Aunque el corporativo aún enfrenta retos para adoptar tecnologías sostenibles, como la impresión en frío, Epson sigue enfocado en capturar mercado y reemplazar impresoras obsoletas por equipos más eficientes y ecológicos.