En un mundo laboral en constante evolución, la pregunta de si debemos trabajar más o menos horas para aumentar la productividad se ha convertido en un tema candente. Un contexto relevante para México es que los legisladores están debatiendo la posibilidad de establecer como ley una semana laboral de 40 horas, lo que agrega una dimensión adicional a este importante tema.
Un vistazo al pasado:
En 1940, la semana laboral de 40 horas se convirtió en ley en Estados Unidos, marcando un hito en las condiciones laborales. Antes de esto, no era inusual que las personas trabajaran 70 horas o más a la semana.
Sin embargo, ¿trabajar más horas necesariamente equivale a una mayor productividad? Durante la década de 2000, gigantes tecnológicos como Google transformaron la cultura empresarial, ofreciendo beneficios extravagantes como comida gratuita, masajes y espacios para tomar siestas. Aunque algunas organizaciones instaron a sus empleados a trabajar más horas, esto no resultó en un aumento sostenible de la productividad. En cambio, muchos trabajadores sufrieron agotamiento, y la salud mental se convirtió en una preocupación importante.
Adiós a la celebración de los adictos al trabajo:
En la actualidad, los adictos al trabajo ya no son celebrados en la mayoría de las empresas. Las largas jornadas laborales se consideran insostenibles, y las horas extras rara vez se asocian con un aumento en la productividad. Investigaciones respaldan la idea de que dar menos tiempo a una tarea puede aumentar la productividad y hacer que sea más manejable.
El umbral de las 45 horas de trabajo a la semana no parece equipararse a una mayor productividad; de hecho, trabajar más de 55 horas a la semana aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares en un 35%.
Efectos en el bienestar y la productividad:
Las largas jornadas laborales también pueden tener un impacto negativo en la salud de los empleados. Los equipos que toman muchos días de enfermedad podrían estar trabajando demasiadas horas, lo que puede resultar en equipos infelices, improductivos y poco saludables. La fatiga resultante puede llevar a errores en algunos sectores, lo que afecta la retención de empleados y los costos operativos.
¿Trabajar menos horas significa mayor productividad?
La investigación sugiere que trabajar menos horas puede reducir el agotamiento y mejorar el bienestar y la productividad de los empleados. Varios países han experimentado con semanas laborales más cortas, obteniendo resultados positivos.
Empresas de renombre, como Kickstarter y el equipo japonés de Microsoft, han adoptado semanas laborales de 32 horas en lugar de 40, con un día libre adicional. Microsoft, por ejemplo, aumentó su productividad en un 40% al hacer el cambio en 2019.
El caso de Islandia:
En un estudio masivo, Islandia redujo las horas de trabajo de los empleados del gobierno de 40 a 35 o 36 horas. Los resultados fueron reveladores: disminuyó el estrés y el agotamiento, los empleados informaron de un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y la productividad se mantuvo estable o incluso mejoró para algunos equipos. Este éxito llevó a reducciones permanentes en las horas de trabajo y un aumento significativo en la adopción de horarios de trabajo más cortos en Islandia.
La revolución del trabajo:
A nivel global, se está produciendo un movimiento que busca adaptar las políticas laborales a las necesidades de los empleados. Beneficios como el trabajo remoto, horarios flexibles y semanas laborales de cuatro días se están convirtiendo en tendencia para atraer y retener talento en lo que se ha llamado “La Gran Renuncia” o “La Gran Reorganización”. Este cambio es considerado por muchos como un momento crucial en la cultura empresarial, donde los empleados exigen y obtienen más libertad en las políticas de la empresa en cuanto a horas de trabajo y trabajo remoto.
En resumen, la cuestión de si trabajar más o menos horas para aumentar la productividad no tiene una respuesta única. La clave radica en encontrar un equilibrio que permita a los empleados mantener un alto nivel de rendimiento sin sacrificar su bienestar y calidad de vida. El mundo laboral está evolucionando, y las empresas que se adapten a estas tendencias serán las que prosperen en la nueva era laboral.