Estados Unidos ha mantenido el cierre temporal del Puente de las Américas en la frontera con México para camiones de carga, en respuesta al creciente arribo de migrantes a la región. La decisión, que entró en vigor el 18 de septiembre, ha suscitado preocupación tanto en las autoridades del estado norteño de Chihuahua como en la diplomacia mexicana.
El Puente de las Américas, que conecta Ciudad Juárez con El Paso, Texas, es un punto crucial para el comercio entre ambos países, y su cierre ha generado inquietudes sobre el impacto económico que esto podría tener. Según la gobernadora opositora de Chihuahua, Maru Campos, más de 600 tráileres cruzan diariamente este puente con destino a Estados Unidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) anunció que la suspensión del procesamiento de carga en el Puente de las Américas se debe a la reasignación de oficiales para apoyar las labores de procesamiento de migrantes en la frontera. Sin embargo, se ha asegurado que otros cruces comerciales de mercancías, como Guadalupe-Tornillo, San Jerónimo-Santa Teresa y Zaragoza-Ysleta, seguirán operando normalmente.
El aumento en la llegada de migrantes a la frontera sur de Estados Unidos ha generado una creciente presión en el sistema de inmigración. En junio y julio, las detenciones de migrantes aumentaron en un 33%, según datos de la CBP. A pesar de esta cifra, las detenciones aún se mantienen por debajo de las registradas en julio de 2022.
La gobernadora Maru Campos ha instado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a apoyar a las autoridades estadounidenses en el procesamiento de los migrantes para evitar una saturación en la frontera.
Mientras tanto, en la zona fronteriza entre Ciudad Juárez y El Paso, la situación de los migrantes es cada vez más tensa. Un grupo de 300 migrantes que se había instalado en un campamento cerca del muro fronterizo fue desalojado por la Guardia Nacional de Estados Unidos. Los migrantes denunciaron haber sido amenazados en ambos lados de la frontera y citaron la amenaza de las bandas criminales en México como una razón para establecer el campamento en el lecho del río Bravo.
La saturación de los albergues en Ciudad Juárez ha llevado a muchos migrantes a esperar en campamentos mientras buscan ingresar a Estados Unidos de manera legal, a menudo utilizando el trámite CBP One para solicitar asilo. Sin embargo, algunos cruzan de manera ilegal, lo que los expone a la deportación acelerada bajo el Título 8, que prohíbe su ingreso a Estados Unidos durante cinco años.
La afluencia de migrantes en la frontera ha aumentado desde la extinción del Título 42 en mayo de este año, que fue creado durante la presidencia de Donald Trump para expulsar rápidamente a los migrantes durante la pandemia de la COVID-19. La situación migratoria también está generando presión en otros puntos de México, incluidos incidentes recientes en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados de Tapachula y el abordaje de trenes por parte de miles de inmigrantes que intentan llegar a la frontera con Estados Unidos.
La compleja situación en la frontera entre Estados Unidos y México sigue evolucionando, y se espera que las autoridades de ambos países trabajen en conjunto para abordar los desafíos migratorios y económicos que enfrentan.