Ciudad Juárez, Chih.— Lo que comenzó como un gesto sencillo de compromiso vecinal se ha convertido, con el paso de los años, en un verdadero ejemplo de transformación comunitaria. En la colonia Álamos de San Lorenzo, sobre la calle Pablo Veronés, una familia juarense ha demostrado que el cambio empieza desde casa.

Desde hace más de cuatro años, esta familia decidió adoptar un parque olvidado por las autoridades y por gran parte de la comunidad. Sin apoyo oficial ni fines políticos, se dieron a la tarea de limpiar, rehabilitar y mantener en óptimas condiciones este espacio público que por mucho tiempo estuvo en el abandono.
Hoy, gracias a su constancia y dedicación, el parque luce árboles cuidados, bancas restauradas, juegos infantiles seguros y una atmósfera de tranquilidad. Se ha convertido en un punto de encuentro para niñas, niños y vecinos del sector, quienes reconocen el esfuerzo de esta familia que ha puesto el corazón por su entorno.

“Lo hacemos por los niños, por los vecinos, porque queremos un mejor lugar para vivir. No esperamos nada a cambio”, comentó uno de los integrantes de la familia, que prefiere mantenerse en el anonimato.
La historia cobra especial relevancia en una ciudad donde muchos espacios públicos sufren el deterioro por falta de mantenimiento, inseguridad o desinterés institucional. Mientras algunos lo ignoraban, esta familia lo cuidó como suyo, demostrando que una comunidad se fortalece con acciones concretas, no solo con discursos.

Vecinos de la zona han comenzado a sumarse poco a poco al cuidado del lugar, y aunque la familia no buscaba reconocimiento, su ejemplo ha empezado a generar eco más allá de su calle.
“Ojalá las autoridades se inspiren en este tipo de ejemplos. Ellos hacen más que muchas campañas de limpieza”, opinó una residente del sector.
Este parque, alguna vez olvidado, es hoy un símbolo de que la voluntad ciudadana puede más que la indiferencia, y que cuando hay amor por la comunidad, cualquier espacio puede florecer.