El descenso de las temperaturas y la posibilidad de lluvia podrían ofrecer un respiro a los bomberos que combaten los incendios en el sur de Nuevo México. Estos incendios han dejado un muerto, dañado cientos de estructuras y obligado a evacuar a miles de personas.
Los fuertes vientos avivaron el mayor de los dos incendios forestales en la localidad montañosa de Ruidoso, obligando a los residentes a huir de inmediato. Se espera que los patrones climáticos cambien el miércoles por la mañana gracias a la humedad de una ola tropical en el Golfo de México, informó Joshua Schroeder, del Servicio Meteorológico Nacional en Albuquerque.
“Hoy fue realmente nuestro último día seco”, explicó el martes por la noche. “Las lluvias alcanzarán su punto álgido el jueves y disminuirán para el fin de semana”.
No obstante, Schroeder advirtió que los cambios en los vientos el miércoles y la lluvia podrían causar inundaciones repentinas en zonas recién quemadas.
Ruidoso y gran parte del suroeste han tenido una primavera más seca y calurosa de lo habitual. Esto, sumado a los fuertes vientos, hizo que las llamas se descontrolaran el lunes y el martes, provocando el rápido avance del incendio conocido como South Fork en la localidad. Además de viviendas y negocios, se evacuaron un centro médico regional y el hipódromo de Ruidoso Downs.
La oficina de la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, confirmó una muerte a causa del incendio, pero no ofreció más detalles.
Más de 500 estructuras han quedado destruidas o dañadas, aunque no estaba claro cuántas de ellas eran viviendas.