Si los anuncios intermitentes de aranceles del presidente Trump le han parecido inusuales, es porque, en efecto, lo son. Nunca antes se había visto algo similar.
Así lo estima Douglas Irwin, historiador económico de Dartmouth y autor de “Clashing Over Commerce: A History of US Trade Policy”, un libro clave sobre la historia de la política comercial de Estados Unidos. Lo consulté para obtener una perspectiva más amplia, y me explicó que lo que estamos viviendo es un evento muy fuera de lo común. Según Irwin, un solo hombre ha tomado la decisión de arriesgarse en lo que podría considerarse la primera guerra comercial mundial desde la década de 1930, al elevar los aranceles a niveles no vistos en más de un siglo. Para él, las acciones de Trump representan una “gran ruptura con la historia”.
Incluso si Trump decide eliminar los aranceles —de hecho, el miércoles pasado anunció una pausa de 90 días para algunos de los más altos, manteniendo una tarifa base del 10 por ciento para casi todas las importaciones a nivel mundial— su enfoque unilateral ya marca una desviación importante de la norma. Sin importar cómo avance esta saga comercial, lo que ya ha comenzado son las primeras escaramuzas de una guerra comercial, una amenaza que se temía desde la Gran Depresión, pero que ahora ha llegado al siglo XXI.