Después de casi una semana de debate, la Junta de Educación de Texas rechazó varios libros de texto propuestos para estudiantes de octavo grado el viernes. La junta, dominada por republicanos, expresó una serie de preocupaciones sobre siete de los 12 libros propuestos, la mayoría relacionadas con la presentación de la crisis climática.
Entre las razones para el rechazo de los libros se encuentran: contenían demasiada información sobre la crisis climática; fueron publicados por empresas con políticas ambientalmente amigables; retrataban el uso de combustibles fósiles de manera insuficientemente positiva, lo que podría perjudicar la economía del estado; y enseñaban sobre la evolución pero no sobre el creacionismo.
Esta decisión seguramente será aplaudida en algunos sectores. A principios de esta semana, Wayne Christian, miembro de la Comisión de Ferrocarriles de Texas, el principal regulador de la industria del petróleo y el gas del estado, arremetió contra la ciencia del clima, calificándola como la “agenda ambiental consciente” y urgiendo a la junta a aprobar libros que promovieran los combustibles fósiles.
Los libros propuestos deben cumplir con los nuevos estándares que exigen que los estudiantes de octavo grado aprendan sobre la crisis climática. Los distritos escolares en el estado no están limitados a utilizar libros aprobados por la junta, pero como todos los libros aprobados cumplen con los estándares del plan de estudios estatal, suelen ser los elegidos, informa The Texas Tribune.
Marisa Pérez-Díaz, miembro demócrata de la junta, resumió la posible influencia del dogma ideológico y político en la educación. “Mi temor es que nos volvamos irrelevantes en el futuro en lo que respecta a qué editores querrán trabajar con nosotros y nos ayudarán a poner materiales adecuados frente a nuestros jóvenes”, expresó Pérez-Díaz en la reunión.
Los conservadores han presionado durante mucho tiempo a los editores de libros de texto para que presenten conceptos pseudocientíficos como el “diseño inteligente” como equivalentes a teorías científicas bien establecidas. Sin embargo, como hemos visto en los últimos años, los legisladores republicanos también están librando una guerra más amplia contra las humanidades