Hace dos o tres décadas, era común que los mexicanos cruzaran a Estados Unidos para comprar productos electrónicos, ya que eran más accesibles y, en algunos casos, solo se encontraban allí. Sin embargo, la globalización ha cambiado este panorama. Ahora, incluso los estadounidenses viajan a México o China para hacer este tipo de compras.
Richard Barnett, director de marketing de Supplyframe, una subsidiaria de Siemens que desarrolla software para rastrear precios de componentes electrónicos y plazos de entrega, comentó en entrevista con CNBC: “Si aumentamos los aranceles a México, estamos penalizando a las empresas que han sido pioneras, que han avanzado y reestructurado sus cadenas de suministro”.
Según datos de la Comisión de Comercio Internacional, las importaciones de productos electrónicos desde México pasaron de 86,000 millones de dólares en 2019 a 103,000 millones en 2023, lo que representa alrededor del 18% del total de importaciones electrónicas. México es la segunda mayor fuente de productos electrónicos para Estados Unidos, solo después de China, que alcanzó los 146,000 millones de dólares en 2023.
Uno de los ejemplos más claros de este crecimiento es el de Hisense México. Desde su llegada hace 13 años, la empresa ha abierto dos fábricas, una de ellas en Rosarito, Tijuana, donde ha logrado aumentar su producción de televisores de 500,000 unidades anuales a 9.5 millones.
“En nuestra planta de Tijuana, solo el 20% de lo que producimos es para el mercado local; el resto se distribuye a lo largo de la región, con la mayoría destinada a Estados Unidos y Canadá. Pero las inversiones que hacemos en México son para el largo plazo”, destacó Antonio Hidalgo, CEO de Hisense México.