El Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano, ubicado en las oficinas de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, celebra un año de servicio, durante el cual ha proporcionado más de 100 mil platillos de alimentos a miles de personas provenientes de diversos países.
Bajo el nombre “El Comedor de la Catedral”, este espacio ha brindado refugio y servicios diversos a mexicanos y extranjeros que llegan a la frontera, en su mayoría con la esperanza de alcanzar Estados Unidos.
Cristina Coronado, coordinadora del ministerio, destacó la importancia del apoyo de organizaciones como HIAS (Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante), IRC (Comité Internacional de Rescate) y OIM (Organización Internacional para las Migraciones), que ha permitido ampliar la capacidad y ofrecer más servicios.
Entre las personas atendidas se encuentra Mariana, originaria de Guatemala, quien llegó con su familia a Ciudad Juárez después de un viaje de diez días por México en busca de mejores condiciones. La familia buscó alimento y refugio en el Comedor de la Catedral, donde fueron canalizados a un albergue local.
El espacio ha servido como refugio para diversas familias, incluyendo cubanos, haitianos y venezolanos, quienes comparten la búsqueda de una vida mejor. La atención va más allá de proporcionar alimentos; se brinda apoyo y asesoría en temas como trámites migratorios y acceso a servicios médicos.
Coronado destacó que el Comedor de la Catedral ha sido un lugar seguro donde las personas pueden compartir sus historias y recibir ayuda. A lo largo del último año, han experimentado un aumento significativo en la demanda, atendiendo a veces a más de mil personas en un solo día.
La diversidad de las personas atendidas es amplia, abarcando nacionalidades como venezolanos, haitianos, cubanos, mexicanos, ecuatorianos, nicaragüenses, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, peruanos, colombianos, brasileños, así como individuos de África, India y Afganistán.
El Ministerio para Migrantes agradece el apoyo de diferentes actores, incluido el padre Eduardo Hayen, quien ha respaldado incondicionalmente sus esfuerzos. A pesar de los desafíos, destacan la importancia de aprender de las experiencias de quienes buscan una vida mejor y reafirman su compromiso de tratar a los migrantes como seres humanos, no como números.
Cabe destacar que las cifras y la información mencionada son proporcionadas por la coordinadora del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano.