A partir de ayer, entró en vigor en México una histórica reforma a la ley general de salud que prohíbe el uso de ácidos grasos trans de origen industrial en la elaboración de aceites, grasas comestibles y alimentos destinados a la venta al público. Esta medida llega después de que la reforma a la Ley General de Salud fuera aprobada hace seis meses y tiene un impacto significativo en la salud de los mexicanos.
Los ácidos grasos trans de origen industrial, también conocidos como aceites parcialmente hidrogenados, se han convertido en una seria preocupación para la salud pública debido a su vínculo con enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares (ACV). Según el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud (Cenaprece), Ruy López Ridaura, estos ácidos grasos trans son responsables de entre 20,000 y 50,000 muertes al año en México.
Estos ácidos grasos trans se crean mediante un proceso de hidrogenación de aceites vegetales líquidos, convirtiéndolos en grasas sólidas. Históricamente, han sido utilizados en la industria alimentaria debido a su capacidad para mejorar la textura y durabilidad de los alimentos procesados y ultraprocesados. Sin embargo, su consumo excesivo se ha relacionado con un mayor riesgo de ateroesclerosis, enfermedades cardiovasculares, ACV y otras afecciones graves.
La prohibición de los ácidos grasos trans industriales representa un importante paso hacia la protección de la salud de la población mexicana. Además de los peligros mencionados, el uso de estos ingredientes en la industria alimentaria también ha contribuido al aumento de la obesidad, el sobrepeso y la diabetes en el país.
Según López Ridaura, en la actualidad, entre el 25% y el 30% de las calorías consumidas por las personas en México provienen de productos ultraprocesados. Esta medida busca modificar los entornos alimentarios hacia opciones más saludables y eliminar productos claramente nocivos.
La implementación y el cumplimiento de esta prohibición serán responsabilidad de la Comisión Nacional para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Cualquier violación a los nuevos estándares establecidos legalmente resultará en sanciones, incluyendo la retirada del producto del mercado.
En resumen, la prohibición de los ácidos grasos trans de origen industrial en México es un hito importante en la promoción de la salud pública y la reducción de riesgos para enfermedades graves. Esta medida representa un paso crucial hacia la creación de entornos alimentarios más saludables y la protección de la salud de los mexicanos.