En el corazón del folclore indonesio, ha persistido una curiosa leyenda a lo largo de las generaciones: el relato de los orangutanes que poseen el don del habla, un poder que eligen ocultar por temor a que la humanidad los reclute para trabajar. Aunque los mitos a menudo se mezclan con la realidad, la situación de los orangutanes, a menudo llamados “personas del bosque”, es innegablemente grave.
Los orangutanes, habitantes de las exuberantes selvas tropicales de Borneo y Sumatra, son seres notablemente inteligentes, que tienen un parecido asombroso con los humanos. Obsérvelos detenidamente y los verá llorar cuando tienen hambre, quejarse cuando están heridos y sonreír a sus madres, tal como lo hacemos nosotros. Su espectro emocional abarca la alegría, el miedo, la ira y la sorpresa. Dedique unos momentos a observarlos y podría concluir que los orangutanes son, en muchos aspectos, semejantes a nosotros.
Sin embargo, los orangutanes no son como nosotros en lo que respecta a su naturaleza solitaria. Estos gigantes gentiles, a excepción de los esporádicos arrebatos de los machos adultos, prefieren la tranquilidad de las copas de los árboles, lejos de posibles amenazas. Descienden a regañadientes al suelo del bosque solo cuando la necesidad lo dicta. Su existencia es tranquila y discreta, un testimonio de su deseo de una coexistencia pacífica con el bosque.
La mitología indonesia sigue susurrando que los orangutanes poseen la capacidad de hablar pero eligen el silencio para eludir la perspectiva de la esclavitud. En una era en la que la deforestación, la expansión urbana y la agricultura han mordisqueado el hábitat de los orangutanes, su silencio podría ser más que una simple leyenda.
En otro tiempo, estas majestuosas criaturas deambulaban por toda Asia, su rango se extendía hasta China. Hoy en día, están confinadas a las selvas tropicales en constante reducción de Borneo y Sumatra, su supervivencia pende de un hilo. La deforestación alimentada por el crecimiento urbano, la agricultura y la implacable expansión de las plantaciones de aceite de palma amenaza con borrar a los orangutanes silvestres de la existencia.
Estos grandes simios, los últimos de su especie en Asia, están al borde de la extinción. Si bien las cifras precisas siguen siendo esquivas, un hecho es irrefutable: sus poblaciones están en picada. En Sumatra, la próspera comunidad de orangutanes, que se estimaba en 12,000 en 1993, ha disminuido a solo 6,500. En Borneo, quedan menos de 35,000 orangutanes.
Los desafíos que enfrentan son inmensos. Los bebés orangutanes deben adquirir un conocimiento complejo de la selva tropical, aprender qué plantas son comestibles, cómo consumirlas y cuáles deben evitar. Algunos de sus alimentos favoritos están protegidos por espinas y envolturas difíciles, lo que requiere habilidades especializadas para acceder a ellos. Los orangutanes, equipados con manos y pies diestros, pueden decirse que poseen “cuatro manos”, un testimonio de su adaptabilidad en su reino arbóreo.
Los árboles son sus santuarios, sus hogares. Los orangutanes están diseñados para la vida en la copa de los árboles, y el suelo del bosque presenta riesgos de depredadores, incluidos los humanos. Crean nuevos nidos todas las noches, cuidadosamente confeccionados con hojas y ramas en lo alto del suelo del bosque.
Las principales amenazas para la existencia de los orangutanes son evidentes: la deforestación, impulsada principalmente por la invasión de las plantaciones de aceite de palma, la tala ilegal, los incendios forestales, la caza furtiva y, en el caso de los orangutanes de Tapanuli, la inminente amenaza de un proyecto de construcción de represa.
Mientras el silencio de estos “personajes del bosque” persiste, sus hogares en la selva se desvanecen. Su supervivencia está intrínsecamente ligada a nuestra disposición para detener la destrucción de su hábitat y proteger a estos seres conscientes, cuyo destino refleja el destino de las selvas tropicales que consideran su hogar. La pregunta que queda es si atenderemos su silencioso ruego antes de que sea demasiado tarde.