Empresarios y activistas denuncian despidos injustificados, obras detenidas y granjas sin trabajadores por las redadas migratorias
La política antiinmigrante impulsada por el presidente Donald Trump ya comienza a dejar fuertes secuelas en la economía estadounidense. Según denuncias de empresarios y activistas, las redadas migratorias y amenazas federales están vaciando sectores estratégicos como la agricultura, la construcción, el turismo y la industria alimentaria.
En estados agrícolas, muchas granjas, tambos lecheros y empacadoras de carne están quedándose sin personal para operar. Además, obras de construcción se han detenido y el turismo empieza a resentir la falta de trabajadores.
Expertos advierten que el clima de miedo generado por las redadas ha abierto la puerta a despidos sin compensación, incluso de empleados con décadas de experiencia. También señalan que estas medidas podrían desacelerar el crecimiento económico del país.
“Para mí está claro que quienes están empujando estas redadas en campos y tambos no tienen idea de cómo opera una granja”, expresó Matt Teagarden, director ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de Kansas.
El impacto no solo es económico, también humano. Activistas señalan que miles de familias trabajadoras viven ahora con temor constante, lo que deteriora tanto la salud emocional como la estabilidad de comunidades enteras.