Ante el reciente brote de sarampión en la frontera con Estados Unidos, especialmente en Texas, la Secretaría de Salud exhortó a la población a proteger a los menores de edad mediante la aplicación de la vacuna correspondiente y a mantenerse atentos a los síntomas de esta enfermedad.
Leticia Ruiz González, directora de Prevención y Control de Enfermedades, destacó la importancia de identificar a tiempo los signos del sarampión, que incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, erupciones o manchas rojas en la piel, principalmente en niños menores de cinco años.
Ruiz González subrayó que contar con un esquema de vacunación completo es clave para prevenir la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones. Por ello, invitó a los padres de familia a acudir al centro de salud más cercano para aplicar los biológicos de forma gratuita, especialmente en bebés mayores de seis meses y en personas nacidas desde 1957 que no cuenten con ninguna dosis.
Actualmente, la vacuna triple viral (SRP) está disponible y protege contra sarampión, paperas y rubéola. El esquema de aplicación contempla una primera dosis a los 12 meses de edad, un refuerzo a los 18 meses y una última dosis a los seis años.
El sarampión se manifiesta con fiebre elevada, erupciones cutáneas, tos y ojos enrojecidos, y puede ser grave en menores, personas con bajo peso o con un sistema inmunológico debilitado. Entre los factores de riesgo destacan la falta de vacunación, viajes a países con brotes activos y deficiencia de vitamina A. Entre las complicaciones más graves se incluyen ceguera, encefalitis, diarrea severa y neumonía, que pueden poner en peligro la vida.
En la mayoría de los casos, la enfermedad puede tratarse en casa; sin embargo, la falta de atención oportuna puede derivar en complicaciones severas, especialmente en niños y mujeres embarazadas.
Dado que el sarampión es altamente contagioso, quienes lo padecen deben permanecer en casa desde cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición del sarpullido para evitar la propagación del virus.