Las remesas enviadas por connacionales desde el extranjero siguen siendo un pilar fundamental para millones de familias mexicanas. En 2024, estas transferencias representaron una tercera parte del ingreso de los hogares más pobres del país, según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Un análisis de la organización México, ¿Cómo Vamos? detalla que entre los hogares de los deciles I al V —es decir, aquellos con menores ingresos— entre 4 y 6% recibieron remesas durante 2024. En cambio, en los deciles de mayores ingresos, este porcentaje fue más bajo, entre 1 y 4%.
Disminuyen las remesas como proporción del ingreso
El estudio también revela que, entre los hogares que sí reportan recibir remesas, estos ingresos representan cerca del 33.2% del ingreso corriente en el primer decil, cuyo ingreso trimestral promedio fue de 16,795 pesos. Esta proporción es ligeramente menor a la registrada en 2022, cuando las remesas alcanzaron el 35.9% del ingreso familiar en ese mismo segmento.
En los deciles más altos, las remesas representan menos de una quinta parte del ingreso total, y también se ha observado una disminución entre 2022 y 2024, aunque con caídas más marcadas en los niveles socioeconómicos superiores.
Una red de apoyo que evoluciona
Estos datos reflejan la persistente importancia de las remesas en la economía de los hogares más vulnerables, pero también muestran una leve reducción en su peso relativo, lo que podría indicar cambios tanto en el comportamiento de los envíos como en otras fuentes de ingreso familiar.
A pesar de ello, el dinero que llega del extranjero sigue siendo una red de apoyo vital para millones de familias mexicanas, especialmente en un contexto económico donde muchas aún enfrentan desafíos estructurales para acceder a ingresos estables.