Durante las últimas décadas, México ha enfrentado desafíos significativos en términos de seguridad y violencia. Entre 2006 y 2012, el país experimentó un aumento notable en la tasa de homicidios relacionados con la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. Este período se caracterizó por una escalada en los enfrentamientos entre cárteles rivales y las fuerzas de seguridad, lo que contribuyó a un aumento en los homicidios.
A partir de 2012, se observaron fluctuaciones en las tasas de homicidios, pero en general, la violencia continuó siendo un problema importante en muchas partes del país. El gobierno implementó diversas estrategias para abordar la situación, pero los resultados fueron mixtos y la situación varió según la región.
Sin embargo las cifras que llevan el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del reporte de la Secretaría de Seguridad nos dicen que en lo que lleva este sexenio se han registrado 164 mil 226 casos de homicidio doloso.
Sin discutir las posibles razones u orígenes de este fenómeno, debemos reconocer que las estadísticas mostradas son muy claras, durante las últimas décadas ha habido un incremento significativo en la cantidad de homicidios que suceden en nuestro país, es importante recordar que estos fríos números representan los casos verdaderos de personas cuya vida se les fue arrebata.