Nicaragua enfrenta un brote sin precedentes de gusano barrenador del ganado. De acuerdo con datos oficiales, los casos han aumentado 65 % en los primeros cuatro meses del año, afectando no solo al sector pecuario, sino también a la población humana. Las autoridades sanitarias han emitido alertas ante el avance acelerado de esta plaga que compromete la salud y la economía rural.
Un brote que se propaga con rapidez
El gusano barrenador, causado por la mosca Cochliomyia hominivorax, ha afectado a 19,688 animales hasta julio, frente a los 11,930 registrados en febrero, según el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA). Las especies más afectadas son los bovinos (13,554), porcinos (2,967), equinos (1,060) y caninos (1,498), aunque también se reportan casos en aves de corral, ovinos, caprinos y fauna silvestre.
El brote se concentra en 17 departamentos y regiones autónomas, siendo los más afectados Río San Juan (3,221 casos), Costa Caribe Sur (2,737), Rivas (2,256) y Managua (1,714). Esta situación representa una de las crisis sanitarias más graves en la historia reciente del país.
Aumentan los casos humanos
Lo que comenzó como un problema veterinario ha escalado a una preocupación de salud pública. Hasta ahora se reportan entre 117 y 125 casos humanos de infestación por gusano barrenador. Managua encabeza la lista con alrededor de 46 personas afectadas, lo que representa el 37 % del total nacional.
El 7 de julio, la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua emitió una alerta sanitaria, recomendando atención médica urgente ante heridas abiertas que puedan ser infectadas por larvas. El gusano barrenador puede penetrar rápidamente en los tejidos vivos, provocando lesiones dolorosas y, en casos graves, infecciones severas.
Reacción internacional y retos de contención
La magnitud del brote ha llevado a la intervención de organismos regionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), quienes han intensificado campañas de prevención, detección y control.
Sin embargo, especialistas han señalado que la falta de coordinación local, sumada a las dificultades logísticas en zonas rurales, ha complicado la contención. Aunque el gobierno decretó una alerta sanitaria animal en abril de 2024, los casos han seguido aumentando, lo que indica que las medidas actuales no han sido suficientes.
Qué acciones son urgentes
Detener el avance del gusano barrenador requiere una estrategia integral. Entre las acciones más urgentes destacan:
- Tratamiento inmediato de animales y personas infectadas.
- Capacitación masiva a productores, médicos y brigadas comunitarias.
- Campañas informativas sobre prevención y detección temprana.
- Refuerzo de la vigilancia sanitaria en regiones fronterizas.
- Coordinación internacional para evitar la propagación regional.
Este brote no solo pone en riesgo la sanidad animal, sino que también amenaza los medios de vida rurales y la salud humana. Atenderlo de forma decidida y articulada es un asunto prioritario.