OpenAI está dando un giro significativo al planear convertirse de una organización sin fines de lucro a una empresa con fines de lucro, un cambio que se produce en medio de importantes transformaciones en su equipo directivo, incluyendo la sorprendente renuncia el miércoles de Mira Murati, su directora de tecnología.
Este movimiento hacia un modelo con fines de lucro marcaría una transición drástica para OpenAI, que fue fundada en 2015 con el objetivo de desarrollar tecnología de inteligencia artificial “en beneficio de la humanidad en su conjunto, sin las restricciones impuestas por la necesidad de generar ganancias financieras”, como se destacó en su comunicado de lanzamiento.
El panorama comenzó a cambiar a finales de 2022 con el lanzamiento de ChatGPT, que se convirtió en un fenómeno inmediato, generando un interés global en el potencial de la inteligencia artificial generativa para transformar negocios y sociedades. Bajo la dirección de Sam Altman, su director ejecutivo, OpenAI inició el desarrollo de nuevos productos tanto para consumidores como para clientes corporativos, y amplió significativamente su plantilla en áreas de ventas, estrategia y finanzas. Sin embargo, algunos empleados, incluidos varios que habían estado con la empresa desde sus inicios, comenzaron a expresar preocupaciones sobre el enfoque de la compañía, sintiendo que se priorizaba el lanzamiento de productos sobre su misión original de construir sistemas de inteligencia artificial seguros.
Este descontento llevó a algunos a buscar nuevas oportunidades en otras empresas o a lanzar sus propias startups, como la competidora de inteligencia artificial Anthropic. El éxodo de talento ha sido notable, especialmente en el último año. Antes de la salida de Murati, renunciaron otros líderes clave, como Ilya Sutskever, cofundador y ex científico jefe; John Schulman, cofundador y ex investigador principal; y Jan Leike, ex investigador principal, entre mayo y la actualidad. Además, Greg Brockman, cofundador y ex presidente, ha tomado una licencia hasta fin de año.
La situación se complica aún más con la demanda presentada por Elon Musk, cofundador y primer inversionista de la empresa, quien alegó que Altman y Brockman lo engañaron haciéndole creer que OpenAI seguía siendo una organización sin fines de lucro. Musk ahora dirige una empresa rival, xAI.